sábado, 30 de mayo de 2009

La Biblia y la muerte del Licenciado Rosenberg

Uno de los problemas en contra de los que advierten tanto Moisés como Samuel a su pueblo, es que el gobierno monárquico puede abusar de la población. El monarca absoluto reclama como derechos la propiedad, las mujeres, los hijos, y tesoros de la gente. Es la primitiva idea de que el César es dueño de vidas y haciendas.


El presidencialismo en Guatemala, y el resto de Iberoamérica, es una suerte de monarquía. Aquí, un pobre desarrollo jurídico en la aplicación de reglas tales como la Ley de Probidad, no ha evitado que el presidencialismo caiga en el enriquecimiento ilícito, no ha regulado el tráfico de influencias, como tampoco, la obstrucción de justicia ni la asociación para delinquir. Estos hechos son gravísimos porque socialmente entierran la sensibilidad jurídica de gobernantes y gobernados y se hace público que ni el Estado, ni el Gobierno, creen en sus propias normas.


Cuando se norma en la Biblia que el Magistrado lleva la espada, no es para usarla abusivamente. El fundamento para su uso tiene como anterior y superior a él, la regulación que define cuándo se puede usar la fuerza coercitiva del Estado. En otras palabras, el uso de la espada no es un cheque en blanco para irrespetar la vida. La cultura bíblica es pro vida.


Tarea constitucional del Estado es protegerla. Se organiza éste para proteger la vida humana, la propiedad, la libertad, los contratos y a la familia, cosas de las que administradores y legisladores parecen estar convencidos a la vez que muestran profunda indiferencia por asegurar su ejecución práctica o cumplimiento. Por eso, ni Castresana, ni el FBI, ni siquiera “tribunal intergaláctico alguno” podrá hacer que la ley se cumpla, si a los de casa nos es indiferente. Si no tenemos los mecanismos jurídicos para evitar la impunidad.


Frente a estas consideraciones, la valiosa vida de un profesional, como el Lic. Rosemberg, resulta una lamentable pérdida producto de esa indiferencia política. Pero a la vez, es un importante despertar al valor de la vida humana. Es preciso que un alto en el camino, nos recuerde que no es solo Rosemberg el que murió. Cada día hay 15 a 20 “Rosembegs”. Este gobierno, culpable directo o no de su muerte, es enteramente responsable de otra cosa, de no poder proteger la vida humana en Guatemala. Esta es suficiente razón para pedirle cuentas a quien sea. El tema no es de complots, de la oposición o de enemigos del régimen, es un asunto constitucional, y si la Constitución es complotista, entonces también lo somos 13 millones de guatemaltecos que tememos, no a la pobreza, sino a la impunidad.


En la Biblia, la vida humana tiene un infinito valor. Cada vida humana vale, la de los ricos y la de los pobres, la de blancos y la de los menos blancos, la de altos y la de los bajos, la de gordos y la de flacos. Llamarse “protector” de algunos y no ver que los guatemaltecos caen en las calles, no abatidos por el hambre, sino por la balas, es una miopía conveniente y perversa. Es una ignorancia que se basa en una opción política interesada.


Para proteger la vida humana es necesario cambiar algunas pocas reglas que los diputados temen tocar. Separar lo jurídico de lo administrativo en el Organismo Judicial, fortalecer el Organismo Judicial, pero sobre todo, hacer valer la ley, para enseñar a padres e hijos a ser responsables, que Dios ama la vida y que la muerte fue vencida por él y que, a los violentos, les espera un juicio seguro departe de Dios.

La Biblia y el Fiscal General en el caso Rosenberg

El derecho es uno de los temas favoritos de los profetas. Habacuc culpa al impío porque el juicio no sale según verdad y sale torcida la justicia (1:3-4). La justicia que Dios busca se funda en su ley (Is.51:4-8). Por eso el verdadero ayuno no es ajeno a la obediencia (Is.58). El jubileo, la gran ley de compasión y bondad entre hermanos, se dejó de cumplir del todo en Israel y Dios a cambio les dio 70 años de cautividad, para descansar la tierra, por el equivalente a 490 años de desobediencia del jubileo.

“Setenta por siete”, quizá sugiera que la desobediencia del pueblo fue total y el juicio de Dios fue igualmente abarcador. No hay pasaje histórico que registre la celebración del jubileo. Es decir, es posible que Israel nunca haya celebrado el Jubileo (Jer.34:8-22), y Dios se las cobró todas juntas.

El sollozo de nuestro pueblo es por justicia. El derecho en la Biblia no se refiere a títulos universitarios colgados en la pared. Se refiere a la conducta del pueblo que refleja el carácter de Dios. Dios es misericordioso, es veraz, es paciente, es recto, es directo y es muy justo en todos sus caminos. Por eso su justicia es paciente, pero segura.

Esto mismo se espera de los tribunales. El Fiscal General fue llamado por una bancada del Congreso para explicar la parálisis del caso Rosenberg. Con descomunal naturalidad explicó que había delegado el caso a fiscales, que creían “no era aun el momento” de citar a declarar a las personas que carecen de antejuicio en este caso. Nadie le creyó. Pero eso si, la acción de la justicia se pierde en esa discrecionalidad burocrática de la fiscalía.

¿No hay plazos jurídicos? Si no los hay, ¿no hay plazos administrativos? ¿Tiene acaso su administración conciencia de la seriedad social y política que vive el país? ¿Por qué los diputados no dan independencia a estos órganos de fiscalización? Se presentaron 35,000 firmas solicitando se emplace con diligencia a las personas sindicadas, y ¿qué paso? Nada…

Un caso penal está constituido por 1. Sindicado(s) 2. Por un móvil; 3. Por una victima; 4. Por un testigo, que en este caso, tiene más peso que una prueba anticipada. Ese es un caso penal en la China o en la Cochinchina. El Fiscal General retrasa la justicia y ahoga el sollozo de los guatemaltecos.

La Biblia y 24 años de la Constitución de 1985

La justicia de Dios en la Biblia es el carácter de Dios expresado en la obediencia a sus mandatos por parte de los seres humanos. La ley en si es buena pero sin personas que la obedezcan no se produce la justicia. De modo que la justicia es un estado dinámico en donde los reyes se someten a Dios, los sacerdotes sirven al pueblo y a Dios, y en donde el pueblo expresa su amor a Dios y al prójimo en cada acto de su vida.


Por eso las reglas macro jurídicas que nos organizan como país, la Constitución de la República, se proponen proteger la vida, la libertad, la propiedad, los contratos y la familia. El viernes 29 de mayo cumplimos 24 años de haber promulgado la Constitución Política de 1985. Se trata de un esquema agotado, cuya fragilidad se expresa en los abusos de gobernantes, en la impunidad de la clase política para abajo y en la disfuncionalidad institucional de los ámbitos que dan seguridad a la vida, la libertad y a los contratos.


¿Por qué se agotó la Constitución de 1985? Porque la vida nacional es dinámica y requiere que lo una vez propuesto se actualice con las leyes del Congreso. Pero si esas leyes son casuísticas, particulares y con dedicatorias política, social o económica, lo propuesto en 1985 no caminará. Nuestros legisladores no conocen el Estado y creen no en perfeccionar las instituciones sino en “perfeccionar la sociedad”, cosa imposible de hacer aparte de las instituciones.


Perfeccionar las instituciones es la propuesta de Proreforma. Su propuesta incluye 1. Un mecanismo para destituir al presidente (no fácil pero hacedero, si conviene) 2. La independencia de los órganos de fiscalización (Fiscal General, Contralor de Cuentas). 3. Fortalecer el Organismo Judicial (independencia de jueces, nombramiento no político de jueces y magistrados e independencia presupuestaria) 4. Separar en la legislación lo político (caminos, impuestos etc.) de lo privado (comprar, vender, educar y contratar, evitando hacer de lo privado un acto político mas). La democracia es asunto de perfeccionar instituciones, procedimientos y actividades.


Nuestro país está asentado sobre la pobreza, la violencia y la corrupción. No hay justicia en Guatemala. Perfeccionar “la sociedad” solo es posible a través de instituciones. Reformar la Constitución es seguro, porque si se transgrede su letra, la misma Constitución prevee que otras instituciones del Estado tendran el derecho de enjuiciar a sus violadores, cosa que aun no tenemos los ciudadanos con las leyes ordinarias.